Desde
la perspectiva de la arqueología, el mundo de las deidades y creencias nos
permite un entendimiento más cabal de la sociedad de la época, así como de las
interrelaciones sociales y políticas que se dieron como
parte del proceso histórico.
En
el caso del proceso histórico andino no existieron registros
escritos que pudieran darnos las luces necesarias para abordar
aspectos no materiales de las sociedades, pues las crónicas y
documentos de los siglos XVI y XVII ayudan muy poco.
Una
de las grandes excepciones para el conocimiento del mundo supernatural de una
sociedad prehispánica peruana, la encontramos precisamente en el territorio de
Lambayeque. Se trata de la leyenda de Naylamp o Ñam La, que supervivió hasta
los primeros años de la colonia y que fuera recogida por el cronista Cabello de
Balboa en 1586 de un indígena de Túcume. Y ha sido a partir de esta narración
mitológica que los científicos se han esforzado en la interpretación de la
misma con las evidencias arqueológicas.
Alfredo
Narváez propone la existencia de un complejo discurso mítico considerando
“dioses o subdioses” con un conjunto mínimo de nueve mitos en el mundo
Lambayeque. Para esto los vasos de Denver fueron totalmente desnudados,
descritos profusamente, identificando los elementos relevantes y luego asociándolos
para darles sentido a los personajes claramente identificados así como a los
elementos icónicos que los acompañan, por último, recrear los escenarios que
encierran o delimitan las probables narraciones míticas que pretenden los
lambayeques comunicar y porque no registrar para las generaciones futuras. Elementos
iconográficos presentes en los vasos de Denver son: personajes humanos
masculinos y femeninos, personajes con tocado, decapitados, cabezas trofeo,
etc.; atuendos de todo tipo y forma. Animales como serpientes, aves, peces,
iguana, escorpión, batracios, felinos, cérvidos y camélidos, de varias clases;
plantas; objetos rituales y /o mágicos; instrumentos agrícolas; embarcaciones;
instrumentos de pesca como redes y remos; arquitectura ritual; elementos
celestes como la ola, astros y la luna; instrumentos o elementos de creación; y
lo que Alfredo denomina “gestos de creación”.
Muestra un complejo mítico que tiene
protagonistas en mundos distintos acordes con la cosmovisión andina en general:
tres mundos interdependientes, el mundo celeste, nuestro mundo y el mundo
subterráneos; y tres entidades totémicas básicas de la misma importancia y
jerarquía: ave-felino-serpiente, que puede expresarse de manera unitaria bajo
la figura de una entidad mítica que sugiere adopta ciertos atributos del Amaru
de tiempos inca. Igualmente resalta el
aspecto naturalista de la religiosidad andina, donde es notable el rol de los
animales como parte de las estructuras míticas.
Referencia
“DIOSES DE LAMBAYEQUE. Estudio introductorio
de la Mitología Tardía de la Costa Norte del Perú” de Alfredo Narváez
Vargas (Chiclayo, Ministerio de Cultura, diciembre 2014. 318 pp.)
PARA PONER UN ORDEN TERRENAL
AUTOR: Elías
Mujica Barreda
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily
Gavidia
FOTOGRAFÍA: Elías
Mujica Barreda
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