La Hélade es el endónimo con
el que identificaban su región los antiguos griegos. El concepto tiene una
dimensión espacial difícil de delimitar, dada la extensión que alcanzó la
civilización griega con las colonizaciones y con el imperio de Alejandro. No
menos extenso es su alcance intelectual, ampliado posteriormente con la
helenización de la Antigua Roma, que convirtió el arte y la cultura clásica en
el fundamento de la civilización occidental.
La súbita expansión del
imperio de Alejandro Magno y su inmediato desmembramiento en grandes áreas
dejan en una nueva situación el espíritu griego, ya puesto en crisis por el
hundimiento de la Ciudad-Estado democrática. Cuando todavía la mente griega
trataba de aclararse en la nueva situación, el ímpetu de Alejandro lo barre y
lo unifica todo, llevando el ámbito helénico hasta la India y Egipto. Los
subimperios alejandrinos asumen orgullosamente la herencia cultural griega
–como también la asumirá el Imperio romano, que gradualmente, va absorbiendo
casi todas las áreas alejandrinas-; pero el horizonte ha cambiado, y el
espíritu helénico sufre una sacudida que lo transforma de sentido –aunque no
haya especiales aportaciones de culturas orientales por parte de los nuevos
espacios incorporados-.
En el ámbito del
pensamiento, el helenismo trajo consigo la aparición de nuevos y decisivos
centros culturales. Si bien Atenas siguió siendo la metrópoli de los filósofos,
Antioquía, Pérgamo, Rodas y sobre todo Alejandría dieron un vuelco total a la
situación anterior: ningún gran científico ni ningún filósofo de renombre serán
ya atenienses. Al mismo tiempo, ciencia y filosofía iniciaran andaduras
separadas. El siglo III, será el gran momento de Euclides, Arquímedes,
Apolonio, etc. Alejandría, con su Museo y su Biblioteca, alojará buena parte de
la ciencia hasta comienzo del siglo V. Por su parte la filosofía, al margen de
la matemática e interesada por la ciencia natural en la medida en que era un
medio de acceso a las cuestiones de ética y teoría social, abandona los
círculos de las escuelas, como la Academia o el Liceo, y se abre al ámbito
público.
Así en la filosofía surgen
tres grandes escuelas especulativas del helenismo: epicureísmo, estoicismo y
escepticismo –después, ya en el Imperio
romano y coexistiendo con el cristianismo, aparecerá el neoplatonismo, mientras
continúa también el estoicismo-. La gran cuestión para todas estas escuelas es:
¿cuál será la mejor forma de vivir? Sólo desde ella, y secundariamente, cabe
algún ocasional interés por el cosmos y por la lógica.
Referencias
Acero, J.; Alegre, A.;
Granada, M. y Valverde J. (1983). Historia
del Pensamiento I. Barcelona: Orbis.
Hirschberger, J. (1997). Historia de la Filosofía I. Barcelona:
Herder.
EL
HELENISMO
AUTOR:
Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO
Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia
FOTOGRAFÍA: Félix
Piñerúa Monasterio
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