sábado, 31 de mayo de 2014

Pensamiento Latinoamericano - Miguel Ángel Asturias y su Visión Antropológica

Este antropólogo, abogado, escritor, periodista y diplomático nació y se crío en Guatemala, entre sus verdores de selva y su eterna primavera, influyó en la cultura occidental proyectando las culturas indígenas americanas, especialmente las de su país, contribuyó al desarrollo de la literatura latinoamericana.
Es el primer hijo del abogado y Juez Ernesto Asturias Girón y la maestra María Rosales de Asturias, Miguel Ángel Asturias Rosales nació en la ciudad de Guatemala el 19 de octubre de 1899. Sus antepasados españoles se remontan a los colonos venidos a Guatemala en 1660. A pesar de su posición relativamente privilegiada, el padre de Miguel Ángel Asturias, se opuso a la dictadura de Manuel Estrada Cabrera y tras un incidente en 1904, en el que su padre, en calidad de juez, puso en libertad a algunos estudiantes detenidos por causar disturbios, lo que ocasiono la pérdida de su trabajo. Por lo que la familia se vio obligada, en 1905, a trasladarse a la ciudad de Salamá, donde Miguel Ángel Asturias vivió en la granja de sus abuelos. Fue aquí donde por primera vez entró en contacto con la población indígena de Guatemala; su niñera, Lola Reyes, era una joven indígena que le contaba historias, mitos y leyendas de su cultura, que más tarde tendrían una gran influencia en su obra.
En 1917 ingresa a la Facultad de Medicina, al año se cambia a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Obtuvo su título de abogado en esta Universidad en 1923 y recibió el Premio Gálvez por su tesis sobre la problemática de los indígenas. Mientras estudiaba fundó la Asociación de Estudiantes Universitarios de la Universidad de San Carlos, además de participar activamente en La Tribuna del Partido Unionista, mismo que derroco a la dictadura de Manuel Estrada Cabrera en 1920.  
En 1922, junto con otros estudiantes, fundó la Universidad Popular, un proyecto comunitario según el cual “la clase media se anima a contribuir al bienestar general, mediante la enseñanza de cursos gratuitos para los más desfavorecidos”
En 1925 Miguel Ángel Asturias estudió etnología y mitología indígena con Georges Raynaud, director de Estudios sobre Religiones de América Precolombina, en la Escuela de Altos Estudios de París. Algunos intelectuales lo consideran el primer novelista latinoamericano en mostrar cómo el estudio de la antropología y de la lingüística podía influir en la literatura. En París se asoció con el movimiento surrealista. Durante este tiempo desarrollo una profunda preocupación por la cultura maya y en 1925 comenzó, junto con José María Hurtado de Mendoza, la traducción al español del Popol Vuh, el texto sagrado de los mayas, un proyecto al que se dedico durante 40 años. En 1930 publicó su primer libro Leyendas de Guatemala. Dos años más tarde recibió el Premio Sylla Monsegur por la traducción al francés de Leyendas de Guatemala. Vivió en París durante 10 años y regreso a Guatemala el 14 de Julio de 1933.
Ya en Guatemala tuvo su primer altercado con el dictador Jorge Ubico, quien cerró la Universidad Popular. Asturias fundó y edito el programa radial El diario del aire. Escribió varios volúmenes de poesía en esa época, siendo Sonetos el primero, publicado en 1936.
En 1942, fue elegido diputado al Congreso Nacional. Tras la caída del régimen de Jorge Ubico y la elección del presidente reformista Juan José Arévalo en 1944, Miguel Ángel Asturias comenzó una carrera diplomática en 1946, siendo diplomático en Buenos Aires en 1947 y en París en 1952.
Enemigo de los régimen dictatoriales trabajo arduamente apoyando el gobierno de Jacobo Árbenz, el sucesor electo del presidente Juan José Arévalo. Jacobo Árbenz fue derrocado por un golpe de Estado dirigido por el gobierno de Estados Unidos y ejecutado por la CIA, que lo sustituyó por una junta militar encabezada por el coronel Carlos Castillo Armas. Tras el golpe militar, tuvo que salir al exilio y murió en México en 1971, mientras que Miguel Ángel Asturias fue despojado de su nacionalidad y expulsado del país. Vivió en exilio en Buenos Aires y Santiago de Chile. Después de un cambio de gobierno en Argentina se vio obligado a trasladarse a Europa. Mientras vivía exiliado en Génova su reputación como escritor creció con la publicación de su novela Mulata de Tal (1963), en esta obra se da una colisión  entre el Mardi Gras maya y el barroco hispano, en ella incluye la mitología maya y la tradición católica para formar una alegoría de creencias distintivas. Miguel Ángel Asturias incorpora a su novelística sus conocimientos antropológicos sobre la mitología maya, al apelar a una forma de narrar fuertemente influida por el surrealismo.
Restaurada la democracia en 1966 el presidente electo Julio César Méndez Montenegro le devuelve su ciudadanía guatemalteca y es nombrado embajador en Francia hasta 1970.
Tras décadas de exilio y marginación, finalmente obtuvo amplio renombre ganando el Premio Lenin de la Paz de la Unión Soviética en 1966, el premio Nobel de Literatura en 1967 y en 1968 las comunidades indígenas lo nombran  “hijo unigénito de Tecún Umán”.
El Hombre de Maíz (1949) es considerada su obra maestra, aunque la menos comprendida. La novela está escrita en seis partes, cada una explorando el contraste entre las costumbres tradicionales indígenas y una sociedad moderna. El argumento gira en torno a una comunidad indígena cuya tierra está amenazada por foráneos con el propósito de su explotación comercial. Un líder indígena, Gaspar Ilom, encabeza la resistencia de la comunidad contra los colonos, quienes lo matan. Más allá de su tumba, Ilom vive como un “héroe”. En la segunda mitad de la novela, el personaje central es un cartero, Nicho, y la historia gira en torno a la búsqueda de su esposa perdida. En el curso de su búsqueda se transforma en coyote, otra referencia de la cultura maya, el nahualismo. A través de la alegoría muestra como el imperialismo domina y trasforma las tradiciones indígenas en las Américas. Al final de la novela “se ha perdido el mundo mágico de la leyenda indígena”; pero concluye como las personas se convierten en hormigas para trasportar el maíz que han cosechado.
Miguel Ángel Asturias pasó sus últimos años en Madrid, donde murió a los 74 años y fue enterrado en el cementerio de Pere Lachaise en París.

MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS Y SU VISIÓN ANTROPOLÓGICA
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia Arguinzones

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