lunes, 5 de marzo de 2012

Mitología Ye´kuana - Creación de los Primeros Hombres

Pintura: Walther Sorg
Los Ye´kuana, grupo étnico de Venezuela, pertenecen a la familia lingüística Caribe o Caribana, el nombre ye´kuana, introducido en la literatura etnográfica por Koch-Grünberg, se deriva etimológicamente de las raíces; ye: “madera”, “palo”; ku: “agua” en la raíz caribana primitiva; y ana: “gente”, o “pueblo”, como sufijo determinativo; ye-ku-ana podría traducirse como “los del palo en el agua”, “gente de la curiara”, “navegantes”, popularmente se les conoce como Makiritare, nombre que parece ser de origen Arawak que significa “gente del rió”, también es un viejo nombre del rió Padamo; el nombre Makiritare fue introducido en la literatura por los Padres misioneros Ruiz Blanco y Ramón Bueno y luego aceptado por los escritores y por los criollos en el Estado Amazonas. Gracias a su ubicación tradicional geográfica, a lo largo de los ríos Ventuari (Estado Amazonas) y Caura (Estado Bolívar) y de varios tributarios del Alto Orinoco, nunca estuvieron, en su totalidad, bajo la ocupación militar española ni sometidos a una explotación económica generalizada. El primer contacto señalado entre los Ye´kuana y los españoles no se ubica en el siglo XVI, sino en la segunda mitad del XVIII (1756-1761) por lo que la conquista para ellos representó un acontecimiento tardío. Dentro de su mitología su dios creador es Wanadi, aquí transcribimos uno de sus mitos relacionados con la creación de los primeros hombres.
Había Kahuña (el Cielo). Los Kahuhana vivían allí, como ahora. Son hombres buenos y sabios. Así eran también en el principio. No se morían; no había enfermedad, maldad ni guerra. El mundo entero era el Cielo. Nadie trabajaba ni buscaba comida; la comida estaba siempre preparada, lista.
No había animales, demonios, nubes ni vientos. Había luz. En lo más alto del Cielo estaba Wanadi, como ahora. Daba su luz a la gente Kahuhana, alumbraba todo, hasta en lo más bajo, la Tierra. Por el poder de esa luz, la gente siempre estaba alegre, tenía vida, no podía morir. No había separación entre el Cielo y la Tierra; no había, como ahora, la puerta del Cielo. No había noche, como ahora. Wanadi es como un sol sin atardecer. Siempre era de día; la Tierra era como una parte del Cielo.
Los Kahuhana tenía en Kahuña muchas casas o pueblos y todos estaban alumbrados. En la Tierra no vivía nadie; no había nada ni nadie aquí, sino tierra nada más.
Wanadi dijo: -Quiero hacer gente allá abajo-. Envió su mensajero, un damodede. Nació aquí para hacer casas y gente buena, como en el Cielo. El damodede era espíritu de Wanadi. El fue el primer Wanadi de la Tierra, hecho por el otro Wanadi que vive en Kahuña. Aquel otro Wanadi nunca bajo a la tierra; el que vino aquí era el espíritu del otro.
Vinieron aquí, después, otros dos damodede, otras formas del espíritu de Wanadi.
El primer Wanadi de aquí se llamaba Seruhe Ianadi, el Inteligente. Cuando llegó, trajo sabiduría, el tabaco, la maraka y los wiriki. Fumaba, cantaba. Fumando, cantando, hizo la gente, la gente antigua. Eso fue mucho antes de nosotros, los hombres de ahora.
Cuando nació aquel espíritu, cortó su ombligo y enterró la placenta. El no sabía. Ahora, los gusanos de la tierra se metieron en la placenta; se la comieron. Se pudrió la placenta; pudriéndose, nació un hombre, una criatura humana, fea y mala, cubierta de pelos como animal. Era Kahú. Tiene varios nombres; también lo llaman Kahushawa, Odo´sha. Este hombre era muy malo, tenía envidia de Wanadi, quería ser dueño de la Tierra. No dejó en paz a Seruhe Ianadi. No quería que naciera su gente en la Tierra. Ahora, el es dueño de la Tierra; a causa de él, sufrimos aquí, tenemos hambre, enfermedades y guerras. El es el ancestro de todos los Odoshankomo. Ahora, a causa de él, morimos.
Cuando se pudrió la placenta del antiguo Wanadi, Odo´sha salió de tierra con una lanza. Dijo: -Esta Tierra es mía. Ahora habrá guerra. Botaré de aquí a Wanadi.
Engaño a los hombres que acababan de nacer; les enseño a matar. Había un hombre que pescaba, tenía muchos pescados. Odo´sha dijo a los otros –Si lo matáis, tendréis mucho pescado.
Lo mataron. Odo´sha se alegró. Los hombres fueron cambiados en animales como castigo.
Seruhe Ianadi ya no podía hacer nada en la Tierra, a causa de Odo´sha. Se volvió al Cielo. Aquella gente antigua se quedó con Odo´sha, como animales. No quedo gente de Wanadi en la Tierra. Así terminaron los primeros hombres.

Referencias
Civrieux, Marc de. (1970). Watunna. Mitología Makiritare. Caracas: Monte Avila.
Piñerúa, F. (2005). Imagen del Indígena Venezolano. Caracas: La Casa Tomada.

CREACIÓN DE LOS PRIMEROS HOMBRES
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia Arguinzones

2 comentarios:

  1. Eduardo Quintero
    ¿Cuantas Idiomas?
    Aunque es imposible dar una cifra exacta –ni siquiera aproximada–, se calcula que en el mundo se hablan en la actualidad entre 3.000 y 5.000 lenguas, de las cuales solamente 600 cuentan con más de 100.000 hablantes, cifra que se considera mínima para garantizar su supervivencia a medio plazo. Entre los idiomas más extendidos están el chino mandarín, usado por 900 millones de personas; el inglés, con 470 millones de hablantes; el hindi, hablado por más de 420 millones de personas; el español, utilizado por 360 millones; y el ruso, con casi 300 millones de habitantes
    Otro aspecto curioso es el que tiene que ver con su distribución geográfica, que no es ni mucho menos homogénea. Según afirma Enrique Bernárdez en su libro ¿Qué son las lenguas?, en Asia se concentra el 32 por 100 de las lenguas existentes, en América el 15 por 100 –entre otras el quiché, el menomimi, el iowa o el guaraní–, y en Europa y Oriente Medio, sólo el 4 por 100.

    Se estima que en África se hablan más de 1.500 lenguas diferentes. Hay casos singulares como el de Camerún, un país con 12 millones de habitantes en el que se hablan nada menos que 270 idiomas, o Nigeria, donde se han registrado casi 450. Pero la palma se la lleva Papúa Nueva Guinea, cuyos habitantes se comunican, atención, en ¡850 lenguas diferentes! Toda una torre de Babel.
    Entre las amenazadas, que son casi el 90 por 100 de las existentes, las hay tan sugestivas como el cayapa, en Ecuador, con algo menos de 5.000 hablantes; el walmajari, que sólo hablan 1.000 seres humanos en el mundo; y el zuñi, en Norteamérica, con 6.000 usuarios. Hay también casos más graves, como el miwok, un idioma indio que únicamente hablan 4 personas; o el yidiny, en Australia, con poco más de una docena de hablantes. Respecto del kamas, una lengua que se hablaba en los Urales, se da prácticamente por desaparecida, porque es más que probable que haya muerto el último hablante del que se tenía noticia, un anciano que tenía 92 años en 1987.

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  2. Gracias Eduardo por tu aporte, esto es lo que más enriquece el blog, déjame decirte que en Venezuela ha pasado lo mismo en lo concerniente a la desaparición de lenguas autóctonas pude ser testigo hace como 20 años de la desaparición del Mapoyo, lengua indigena de filiación caribana, en el estado Bolívar de Venezuela donde solo quedaban tres mujeres ancianas hablantes, también conocí de cerca el caso del yabitero que gracias a la labor de mi profesor, el ya fallecido Jorge Monsonyi se pudo recuperar a partir del ultimo hablante vivo. Saludos

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