viernes, 27 de abril de 2018

Religiosidad Africana – La Regla de Ocha o Santería

La Regla de Ocha o Regla Lucumí, procede de África, oriunda del país Yoruba (actual Nigeria), aunque el nombre yoruba, en realidad, se refiere a una lengua y no a una tribu en particular. El pueblo Yoruba se originó en el sur occidente de Nigeria. En una época tuvieron una poderosa y compleja estructura social organizada en una serie de reinos, de los cuales el más importante era Benin, que duro desde el siglo XII hasta 1896 cuando fue dispersado por los colonos ingleses. Benin era una autocracia teocrática. Los pueblos de África que forman los yoruba vienen de un área que antiguamente había tenido más de veinticinco reino, casi como ciudades-estados. Cada uno de estos reinos era una entidad separada, pero, aun así, también trabajaban juntos. Su ciudad más importante, Ile-Ife, fue fundada hacia el año 850. A comienzos del siglo XVII, el pueblo Ewe invadió la región de Dahomey, y los reinos vecinos forzaron a las tribus Yoruba a emigrar a la costa nigeriana, donde muchos de ellos fueron capturados por comerciantes de esclavos y llevados al Nuevo Mundo.
Changó
La santería se conformó en Cuba durante la época de la colonia, junto con el vodú haitiano y el candomble brasilero, estas eran las tres religiones afroamericanas del continente, traídas por los africanos que vinieron como esclavos para trabajar en las plantaciones.
Oya
Esta es una religión de la tierra, un sistema mágico-religioso que esta fuertemente enraizado en la naturaleza y en las fuerzas naturales.  Cada orisha (deidad de la santería) que tiene como particularidad su correspondiente santo o santa católico (de ahí el nombre de santería) está identificado con una fuerza de la naturaleza y con un interés humano o esfuerzo. Algunos ejemplos son, Changó es el orisha que controla el fuego, el trueno y el relámpago, pero también simboliza el poder puro y el control sobre los enemigos y sobre las dificultades en general. Debido a este tremendo dinamismo también es visto como la personificación de la pasión y virilidad, y a menudo es invocado en trabajos de seducción, es representado por Santa Barbara; Yemayá es la patrona de los mares, de la maternidad y suele ser representada por la Virgen de la Regla; Ochún dueña del amor, del matrimonio, del oro y de los ríos, se representa como la virgen de la Caridad del Cobre y Oya, la reina de los muertos, dueña del fuego y patrona de los cementerios suele ser representada por Santa Teresa y la Virgen de la Candelaria.
Yemayá
La santería se centra en resolver los problemas terrenales y buscar protección en el mundo de los vivos, en este sentido los mecanismos rituales y litúrgicos de convocación de las fuerzas sobrenaturales para que actúen con los fines requeridos son la adivinación, donde utilizan tres formas de comunicación: el Obi, coco, usado para preguntas cortas, donde los dioses sólo responden con un si o un no; el Diloggún, los caracoles, que son dieciséis, de los cuales sólo doce pueden ser interpretados por los santeros. A partir del trece, solo los babalawos (grandes sacerdotes) pueden interpretarlos y el tablero de Ifa, cuyo uso está reservado exclusivamente a los babalawos; el culto a los dioses principales u orishas; y el culto a los antepasados. Asimismo, las formas de relación con los orishas son la adivinación, el estado de posesión, las oraciones y los saludos rituales o moyugbas.
Ochún
Si bien es cierto que la Regla de Ocha se trata de una religión politeísta ya que para todos sus actos y rezos se encomiendan a sus santos-orishas, no por ello dejan de creer que existe un Dios Supremo. Este Dios para ellos es infinito e inconcebible, pero ajeno a todo cuanto sucede en la Tierra, aunque ésta sea su obra. Muchos investigadores sostienen que antes de que los subsaharianos se contagiaran con las religiones islámicas y cristianas creían en un solo Dios, y que después, al ser traídos como esclavos al Nuevo Mundo e imponerles nuevas creencias, sincretizaron al único Dios como Olodumare, considerando que creó el mundo.
Olodumare
La meta central del santero es adorar a los santos, observar sus fiestas, obedecer sus ordenes y llevar a cabo sus ritos. A cambio de una sumisión total, se le promete poderes sobrenaturales y protección. Eso incluye el bienestar, la salud, influencia, puestos la posibilidad de prever el futuro y modificarlo, entre otros.

Fotos tomadas de la Web

Referencias
Ascencio, M. (2012). De que Vuelan, Vuelan. Caracas: ALFA.
Güerere, T. (1993). Hablan los Santeros. Caracas: Alfadil Ediciones.
Zabaleta, I. (2006). Sincretismo Religioso. Madrid: EDIMAT Libros.

LA REGLA DE OCHA O SANTERÍA
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia


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