ANTROPOLOGÍA EN EL LABERINTO: Cultura Romana

viernes, 18 de diciembre de 2015

Cultura Romana - Termas de Caracalla

Con el tiempo los gimnasios griegos fueron cambiando y crecieron en complejidad, convirtiéndose en estancias independientes destinadas solo al baño. Estas estancias ofrecían baños de vapor y piscinas frías, templadas y calientes.

En Roma, siguiendo la costumbre griega, se construyeron estancias similares a los transformados gimnasios, donde no solo se realizaban los actos de limpieza y relajación sino que se añadía un cuidado del cuerpo que incluía prácticas deportivas y un ritual de masajes con diferentes sustancias como esencias y aceites especiales. El nombre de termas fue aplicado por primera vez a unos baños construidos por Agripa en el 25 d.C.

En las antiguas villas romanas los baños se llamaban balmes o balneum y si eran públicos thermae o therma y eran considerados lugares de reunión y a ellos acudía la gente que no podía permitirse tener uno en su casa, como los plebeyos o los esclavos.

Las termas de Caracalla o termas Antoninas, se construyeron entre 212 y 217 d.C., bajo el gobierno del emperador Caracalla, quien recibe este sobrenombre por usar una capa larga de origen galo cuyo uso introdujo en Roma.

Lucio Septimio Basiano nació en Lugdunum actual Lyon, perteneció a la dinastía de los Severos y como tal fue conocido como Marco Aurelio Severo Antonino Augusto.

Estas termas se inauguran con el nombre de Termas Antoninas, aunque popularmente son conocidas como las Termas de Caracalla. Actualmente sus extensas ruinas son una atracción turística importante. Aunque fueron despojadas de sus esculturas y demás riquezas.

Varias de las gigantescas bañeras de mármol, esculpidas en un solo bloque, se trasladaron al centro de Roma para usarlas como fuentes. Su escultura más famosa, el Toro Farnesio, se conserva en el Museo Arqueológico de Nápoles.