miércoles, 2 de enero de 2013

Antropología Filosófica - Maimónides


Moshé ben Maimón o Musa ibn Maymun, también llamado desde el Renacimiento Maimónides ("hijo de Maimon"), conocido entre los cristianos como Rabí Moisés Maimónides el Egipcio, nació en Córdoba, España, el 30 de marzo de 1135 y muere en Al-Fustat, actualmente el Cairo, Egipto, el 13 de diciembre de 1204. Fue un médico, rabino y teólogo judío español de la Edad Media.
Inició sus estudios bíblicos y talmúdicos en la ciudad de Córdoba, pero en 1148 una ola de fanatismo almohade hizo que su familia tuviera que aparentar su conversión al Islam y cambiar a menudo de residencia por la España musulmana. Vivió en la ciudad de Almería, donde dio cobijo en su casa a su maestro Averroes, hasta trasladarse en 1160 con sus hijos a Fez. Allí residió durante sólo cinco años, debido a la intolerancia almohade que les obligó a exiliarse, primero durante unos meses, en Palestina y finalmente en Egipto. Maimónides residió allí el resto de su vida junto a su familia, en la ciudad de Alejandría y después en Fustat, donde se ganó la vida ejerciendo la medicina en la corte del visir Saladino, y luego en la del visir Al-Fadl, hijo mayor de Saladino. Con este oficio obtuvo una gran fama y admiración popular. Conocido por sus coetáneos como médico, dejando una importante huella en la tradición popular que muestra a Maimónides, sobre todo, como un médico a quien se atribuyen milagros que le elevan al nivel de santo, un sabio juez y un rabino.
Maimónides defiende con tenacidad, no la mera armonía, en planos distintos, de la fe y la filosofía, sino su plena coincidencia y aun identidad. Su libro principal se titula la Guía de los Indecisos. Los indecisos son los desconcertados por la aparente oposición de los dos campos, creyentes que no saben cómo mirar a la  ciencia humana.
En su Guía de los Indecisos distingue:
Tres grupos de seres creados:
Los minerales, las plantas y los seres vivos (incluyendo al hombre), compuestos de materia y forma perecederas.
Las esferas y las estrellas, en las cuales la forma es permanente.
Los seres dotados de forma, pero sin materia, como son los ángeles.
Admite la creación como un acto conforme a la esencia divina, el cual abarca todos los seres, no tiene otro fin que a sí mismo y por lo tanto su duración es ilimitada.
Prueba la existencia de Dios a partir de argumentos aristotélicos, y afirma su unidad e incorporeidad.
El alma es una en esencia, pero tiene cinco facultades: la fuerza vital, los sentidos, la imaginación, el apetito (pasiones y voluntad) y la razón (libertad y entendimiento).
El entendimiento es la facultad que caracteriza al hombre, pero las demás le son comunes con la mayor parte de los animales.
Habla del estado profético, constituido por una iluminación superior a lo que cada uno puede aspirar que produce el máximum de ciencia y dicha, entendiendo la profecía como una emanación de Dios que se extiende por medio del intelecto a la facultad racional y después sobre la facultad imaginativa.
El hombre es libre y la libertad es una función de la inteligencia, y este intelecto, como forma del alma humana, es inmortal porque no necesita del alma para sus operaciones, sino que entiende separado absolutamente del cuerpo.
La resurrección de los cuerpos se debe a la fe pero la razón no la puede demostrar aunque tampoco negar y la admite como un milagro compatible con la creación.
El entendimiento constituye el verdadero fondo de nuestro ser, la parte inmortal del hombre y por eso el hombre debe encaminar todos sus actos a obtener la perfección suprema de esta facultad mediante el conocimiento de Dios; conocer y amar a Dios es el fin último de la vida.
El hombre es libre y esta libertad, actuando como tal, puede por sus solas fuerzas realizar el bien desinteresadamente.
Maimónides es partidario del realismo teológico y ha llegado a ser considerado precursor de las ideas de Spinoza, pero filosóficamente no se le considera muy original por seguir básicamente a Aristóteles, apartándose de él en puntos que parecen contradictorios a las creencias y tradiciones judías.

Referencia
Hirschberger, J. (1997). Historia de la Filosofía I. Barcelona: Herder.

MAIMÓNIDES
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio

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