Hablar de las Antillas es
hablar de una multiplicidad de islas que reflejan al Caribe siglos de historia,
de guerras donde los pueblos indios que la habitaban fueron despojados
violentamente de sus tierras. Islas que fueron repartidas como botines de
guerra o en compensación por victorias obtenidas en las batallas imperiales
europeas. Tráfico de miles de seres humanos, empleados como fuerza de trabajo
gratuita o contratada: esclavos negros, blancos, chinos e hindúes.
Territorios que hoy llamamos
el “Caribe Insular” y de acuerdo con una determinada definición geográfica se
compone por:
Las Grandes Antillas: Cuba,
La Española (Haití y República Dominicana), Jamaica y Puerto Rico.
Las Pequeñas Antillas, que a
su vez se dividen en las Islas de Sotavento, que incluye a las Islas de Sotavento
de los Países Bajos (Aruba, Curazao y Bonaire) y a las islas de Sotavento de Venezuela
(Margarita, Coche y Cubagua, así como las dependencias federales), y las islas
de Barlovento donde las principales son Granada, Martinica, Santa Lucía,
Barbados, Guadalupe, Dominica, Trinidad y Tobago.
Políticamente las Grandes
Antillas están conformadas por cuatro países independientes tres de ellos hispanoparlantes
y Jamaica de habla inglesa. Mientras que las Pequeñas Antillas se dividen en
ocho países independientes, tres Territorios Británicos de Ultramar, dos
departamentos Franceses de Ultramar, dos colectividades Francesas de Ultramar,
tres países autónomos del Reino de los Países Bajos, tres Municipios especiales
del Reino de los Países Bajos, un Área insular de Estados Unidos y dos
entidades federales de Venezuela. En ellos se dan por lo menos cuatro registros
lingüísticos: inglés, holandés, español y créoles.
Ante esta complejidad geográfica, histórica, antropológica y lingüística en
la cátedra de Pensamiento Latinoamericano y Caribeño del Doctorado en Cultura
Latinoamericana y Caribeña de la UPEL-IPC, se ha abordado el tema desde la óptica
de Derek Walcott el escritor y artista nacido en la isla de Santa Lucia e hijo
de una mujer negra y de un pintor británico blanco, es decir mestizo como la
tierra que le vio nacer. Como sabemos su obra se encuentra relacionada con el
simbolismo de los mitos y esto se evidencia en su discurso en Estocolmo (1992),
con motivo de recibir el Premio Nobel de Literatura titulado “Las
Antillas: fragmentos de una memoria épica”, de este articulo se desprende el
siguiente análisis:
El hombre viaja, bien por
deseo propio o por imposición, y donde quiera que vaya lleva su cultura, misma que
ha de entrar en una relación dinámica con el nuevo medio cultural y físico. Así
que no ha de causarnos extrañez como en el pueblo de Felicity en la isla de
Trinidad se reproduce el Ramieela de la epopeya hindú del Ramayana. Al respecto
Mircea Eliade (1989) nos dice “los
objetos del mundo exterior, tanto, por los demás, como los actos humanos
propiamente dichos, no tienen valor
intrínseco autónomo. Un objeto o una acción adquieren un valor y, de esta forma,
llegan a ser reales, porque participan, de una manera u otra, en una realidad
que los trasciende”. Por lo que el hombre arcaico, no conoce ningún acto que no
haya sido planteado y vivido anteriormente por otros, otros que no eran
hombres, en el caso que nos atañe Rama,
Kali, Shiva y Vishnú en Trinidad a miles de kilómetros de su India originaria,
formando así una nueva realidad en esta parte de América. Lo que él hace, ya se
hizo. Su vida es la repetición ininterrumpida de gestos inaugurados por otros.
Esa repetición consciente de
gestos paradigmáticos determinados remite a una ontología original que toma una
nueva forma en nuestro continente y así se hace americano sin dejar de ser
hindú, mas esto no es un problema, es una nueva construcción que solo se puede
interpretar correctamente desde Trinidad con su diversidad de origen y como
dice Walcott quienes no entienden esta síntesis creativa “sólo ven parodias en esos ritos, e incluso
parodias degenerantes. Esos casticistas tratan dichas ceremonias como los
gramáticos a un dialecto, las ciudades a las provincias y los imperios a las
colonias”.
Walcott puede percibir esta
síntesis creativa cuando nos dice: el amor “es el que vuelve a reunir nuestros
fragmentos asiáticos y africanos, la rota reliquia de familia que, una vez
restaurada, enseña blancas cicatrices. Esta reunión de partes rotas es la pena
y el dolor de las Antillas, y si los pedazos son desparejos, si no encajan
bien, guardan más dolor que su figura originaria”
Este dolor se corresponde
con el hecho de que estas culturas “despojadas de su lenguaje originario, las
tribus, capturadas y obligadas por contrato, crean su propio lenguaje mediante
la acreción y la secreción de un viejo vocabulario épico de Asia y África. Pero
lo hacen con un ritmo ancestral y extático en la sangre, un ritmo que no puede
ser subyugado ni por la esclavitud ni por el contrato de servidumbre; se dan
nombres nuevos a algunos sustantivos y se aceptan los nombres convenidos de
lugares como Felicity Village o Choiseul.” Esa es la respuesta de las Antillas,
una respuesta que no debe quedarse en el dolor e integrar “la privilegiada y
fragante poesía que Perse compuso para celebrar su blanca infancia, y la
grabación de música hindú, detrás de los arqueros morenos de Felicity, con las
mismas palmas reales recortadas contra el mismo cielo antillano, que como muy
bien lo dice Walcott “me conmueven por igual”.
Así Walcott hace alusión a
la necesidad de no dejarnos llevar por la fantasía publicitaria de otras
visiones, que en muchas ocasiones tomamos como nuestra y que sin negar su
aporte a nuestra formación, no son nosotros, no es nuestra mirada ni nuestra
comprensión. Así se impone la necesidad de filosofar desde Latino América para
Latino América.
Referencias
Eliade, M. (1989). El Mito del Eterno Retorno. Barcelona:
Alianza Editorial.
Vargas, M. (2011). ¿Hacia Dónde Van Las Historiografías Contemporáneas
del Caribe Insular?. México: Universidad Nacional Autónoma de México.
Walcott, D. (1992). Las
Antillas: fragmentos de una memoria épica. Mimeografía.
DEREK WALCOTT Y LAS ANTILLAS
AUTOR: Félix
Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia
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