martes, 25 de septiembre de 2012

Cultura Árabe – La Ciudad

Para los árabes una ciudad era un lugar donde los mercaderes y los artesanos trabajaban, los eruditos estudiaban y enseñaban, los gobernantes concedían audiencias protegidos por sus soldados, los jueces administraban justicia, los aldeanos y los habitantes del desierto venían a vender su producción y a comprar lo que necesitaban. La estructura de la ciudad tenía que adaptarse a todas estas necesidades.


En la medina que estaba en el corazón de todas las grandes ciudades había dos tipos de complejos edificios. Uno de ellos incluía la principal mezquita, un lugar de reunión y estudio, así como de oración. Cerca de la mezquita estaba la casa o tribunal del principal cadí, las escuelas superiores y las tiendas de los que vendían libros, o velas, u otro objeto de devoción; también podía estar allí el templo de un santo. El otro complejo incluía el mercado central o zoco.

La zona del mercado estaba consagrada principalmente al intercambio; gran parte de ella, sobre todos los lugares donde se guardaban artículos valiosos, estaba cerrada y vigilada por la noche. Los mercaderes más adinerados y los eruditos podían vivir cerca de este sector, pero la mayoría de la población residía fuera del centro, en los barrios residenciales, cada uno de los cuales era un conglomerado de callejuelas y callejones sin salida que se abrían alrededor de una calle principal; en ciertos periodos, los barrios tenían puertas, y era posible cerrarlas y vigilarlas por la noche. Un barrio podía tener su mezquita, su iglesia o sinagoga, su mercado filial (suwaiqa) que satisfacía las necesidades cotidianas, y quizá sus baños públicos (hammam).  

Referencia
Houraní, A. (2010). La Historia de los Árabes. Barcelona: Zeta.

LA CIUDAD
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia Arguinzones
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio

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