Manismo,
propiamente, significa culto a los antepasados, y es innegable que los bantús
dedican a sus muertos una atención muy especial.
Para ellos, todo lo que
existe es energía y el hombre es Mu-Ntu,
lo que significa energía vital, espíritu, alma. Pero, debido a esto, su esencia
no es estática e incorruptible, sino dinámica y perecedera. El Mu-Ntu es algo que evoluciona; nunca
permanece en situación estática. La muerte no implica la aniquilación del Mu-Ntu, sino el abandono, por parte de
éste, de su envoltura corpórea humana.
La metempsicosis, creencia en la transmigración del alma de un cuerpo a
otro, no resuelve definitivamente la situación del Mu-Ntu desencarnado: éste precisa, a toda costa, subsistir como
fuerza personal, y, para lograrlo, para evitar la extinción, la muerte total y
sin remedio, busca el contacto con sus descendientes vivos.
Estos no pueden permitirse el lujo de desentenderse de los Mu-Ntu desencarnados de sus allegados,
ya que los difuntos, antes de desaparecer en la nada, se vuelven peligrosísimos
y se vengan despiadadamente con sus influjos negativos.
Por el contrario, si los vivos procuran «revitalizar» a un Mu-Ntu desencarnado, éste los
recompensará con su protección.
Las relaciones entre vivos y muertos no son esporádicas, sino íntimas y
permanentes.
La mejor manera de formalizar estas relaciones, que pueden unir el Mu-Ntu de un fallecido con varios
descendientes suyos, es «fijarlo en la cabeza» de cada uno de éstos como «guía»
espiritual, después que el hechicero haya adivinado, en cada caso, la afinidad
de un determinado sujeto con un determinado difunto.
También es posible que el guía resulte un Ki-Ntu, o sea, un espíritu no humano. Esto hay que tenerlo muy en
cuenta en el momento de examinar el desarrollo
africanismo en América, ya que gracias a ella, fue posible el encuentro
y la fusión entre el animismo africano y amerindio.
Para un bantú la norma última de su conducta es considerar bueno, todo lo
que favorece, en el marco de su cosmovisión animista, el desenvolvimiento y la
conservación de su Mu-Ntu, y malo
todo lo que los perjudica.
Referencias
Del Zotti, C. (1975). Brujería y Magia en América. Barcelona.
Plaza & Janes.
Gluckman, M., Douglas, M. y
Horton R. (1976). Ciencia y Brujería.
Barcelona: Anagrama.
Foto: Museo de Antropología - Madrid
ANIMISMO BANTÚ
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia Arguinzones
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio
Foto: Museo de Antropología - Madrid
ANIMISMO BANTÚ
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia Arguinzones
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio
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