lunes, 28 de noviembre de 2011

Cultura Tolteca - La Mítica Ciudad de Tula

La ciudad más importante del Posclásico temprano (900 a 1200 d.C.) fue Tula en el actual estado de Hidalgo, México. Allí se mezclaron la audacia guerrera de los Chichimeca con la tradición de algunos nahuas meridionales herederos de Teotihuacán. En Tula los guerreros son los protagonistas de la escena: ocupan la cúspide del edificio más importante de la ciudad, cuya base está decorada con una marcha de coyotes, jaguares y águilas que aprisionan corazones sangrantes con el pico.

Tula es la primera ciudad mesoamericana en la que se utiliza el tzompantli, una especie de ábaco gigantesco en el que cada travesaño era un sartal de cabezas humanas. También se utilizaron por primera vez en Tula el pórtico monumental, formado por varias columnas paralelas, y el altar antropomorfo que se conoce como chac-mool.

Los Tolteca tuvieron una presencia importante en la región maya. En Chichén Itzá se recrearon algunas de las principales imágenes y estructuras de Tula: el pórtico de columnas, el templo de los Guerreros, el chac mool, los frisos de águilas y jaguares, e incluso un tzompantli.

Más allá de los vestigios materiales, Tula dejo una estela de gloria entre los pueblos mesoamericanos. Otro tanto sucedió con Quetzelcóatl, el legendario señor de los toltecas, a quien los quichés llamaban Kucumatz. Tanto los maya como los mixteco hacen referencia a Tula en sus relatos: los maya afirman que los antepasados de sus señores venían de aquella ciudad, y los mixteco dicen que el gran rey conquistador Ocho Venado, El Jaguar, había viajado a Tula para ser confirmado en su cargo. Por su parte, la mayoría de los pueblos nahua del siglo XVI se refieren a Tula como lugar de origen de sus linajes gobernantes: lo mismo chalca, que tetzcocano, cholulteca, cuauhtinchantlaca, por supuesto mexica, y otros más.

Es muy probable que el prototipo de Tula haya sido la más grande, poderosa y prospera ciudad del México Antiguo, Teotihuacán. Allí se inicio la tradición urbana nahua y también el culto a Quetzalcóatl. En la Tula de Hidalgo se fortaleció el antiguo mito, y al parecer se originaron algunas ideas nuevas relacionadas con el ejercicio del poder.


Referencia
Escalante, P. (2011). El México Antiguo. Nueva Historia Mínima de México. México: El Colegio de México.

LA MÍTICA CIUDAD DE TULA
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Pueblos de México - Chinampas de Xochimilco

Las chinampas (del náhuatl chinamitl, seto o cerca de cañas) son islotes artificiales construidos primero delimitando con estacas franjas estrechas y rectangulares en lagos pantanosos. Entre ellas se construían estrechos canales para que circularan las trajineras o canoas, estas tenían la finalidad de transportar los productos que en ellas se cultivaban. Una chinampa se preparaba con capas de vegetación acuática procedente del lago y barro del fondo. Después se alternaban capas horizontales realizadas con fango y de varillas cruzadas. Por último en los bordes se plantan árboles de sauces para fijar el terreno.  

En las chinampas se cultivaban cosechas de vegetales y flores, así como plantas medicinales.

Se trata de una técnica iniciada en época de los Tolteca, aunque su máximo desarrollo se consiguió en el siglo XVI. Hacia 1519, esta técnica, por ejemplo, ocupaba casi todo el lago Xochimilco.
Xochimilco se localiza en el sureste de la capital mexicana, y posee una superficie de 122 kilómetros cuadrados. Los orígenes de Xochimilco se remontan a la época prehispánica. Desde el Período Preclásico mesoamericano sus riberas e islas fueron el hogar de diversos pueblos de filiación desconocida. Al inicio del Posclásico, Xochimilco era un importante altépetl (el territorio de una entidad étnica y territorial en las que se organizaron social y políticamente los pueblos indígenas mesoamericanos en el Posclásico) que fue sometido por los mexica en el siglo XV. 
En el territorio de Xochimilco se encuentran catorce pueblos originarios que conservan muchos rasgos de su cultura tradicional y herencia indígena. Sus montañas del sur y la zona lacustre del centro forman parte de la mayor reserva natural del Distrito Federal.

Xochimilco tiene particular importancia por la existencia de las chinampas. Son el testimonio de una antigua técnica agrícola mesoamericana que fue desarrollada y compartida por varios pueblos del valle de México. Tras la desecación de los lagos del Anáhuac, sólo Xochimilco y Tláhuac conservan la chinampería. 

           
CHINAMPAS DE XOCHIMILCO            
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio

domingo, 20 de noviembre de 2011

Cultura Teotihuacán

Entre el año 100 a.C. y el 200 d.C., etapa que algunos arqueólogos separan del Preclásico y denominan Protoclásico, ocurrieron varios sucesos importantes en el valle de México. Entonces tuvo lugar el abandono de Cuicuilco, y Teotihuacán se irguió como centro político y religioso indiscutible de la región. El topónimo es de origen náhuatl y fue empleado por los mexica, pero se desconoce el nombre que le daban sus habitantes. Se encuentran al noreste del valle de México, en el municipio de Teotihuacán (estado de México), aproximadamente a 45 kilómetros de distancia del centro de la Ciudad de México.


En Teotihuacán las construcciones y los pavimentos llegaron a ocupar la mayor parte de la superficie, sin dejar espacio para huertas o jardines, en un área de aproximadamente veinte kilómetros cuadrados.

Durante el horizonte Clásico (200 a 650 a.C.) la mayor parte de la población de Teotihuacán ocupó conjunto habitacionales multifamiliares de mampostería, y muy poca gente vivió en chozas de adobe, lo cual nos habla de una prosperidad generalizada en el asentamiento. Según se deduce de los análisis genéticos de osamenta, los varones de cada conjunto tenían entre sí nexos más estrechos que las mujeres, lo cual habla de un patrón de residencia patrilocal.

Hay datos arqueológicos que demuestran cuatro asuntos básicos relacionados con la estratificación social: 1) La base de la sociedad estaba formada por grupos corporativos, a manera de clanes, que  adoptaron la forma de barrios urbanos. 2) Estos clanes tenían una diferenciación interna; habían algunas familias más ricas que otras. Los conjuntos habitacionales donde vivían los jefes solían ser algo más amplio y ricos. Los restos de los individuos de más alto rango dentro de cada barrio recibían un tratamiento funerario especial. 3) Los barrios de artesanos, agricultores y otros trabajadores contaban con una infraestructura urbana que nos impide definirlos como una masa empobrecida. 4) Hay edificios cuya rica decoración mural y amplias habitaciones nos hablan de una clase noble. Los conjuntos situados al este de la pirámide de la Luna y al norte de la pirámide del Sol, parecen haber sido la morada de familias dirigente políticos y militares. También hay algunos conjuntos habitacionales que parecen haber albergado a monjes, dedicados por completo a las tareas religiosas.
De los reyes teotihuacanos no sabemos casi nada, excepto que parecen haber tenido a Quetzalcóatl como suprema divinidad protectora.
La identificación de todos los barrios, de todos los distritos, de todos los artesanos, los nobles y los campesinos, como miembros de la misma unidad política, parece haber ocurrido bajo la imagen protectora de un dios común: Tláloc, señor del agua, y de su pareja, Chalchiuhtlicue. Lo más probable es que las pirámides que, siglos después, los Mexica –visitantes ocasionales del sitio- llamaron del “Sol” y de la “Luna”, hayan sido, en realidad de Tláloc y de Chalchiuhtlicue.

Teotihuacán influyó en todas las regiones de Mesoamérica. La relación de Teotihuacán con los Maya y Zapoteco ha sido objeto de numerosos debates. Muchos artefactos teotihuacanos llegaron a Oaxaca y a la región maya, y muchas formas teotihuacanas fueron imitadas por los artesanos del sur.



Referencia
Escalante, P. (2011). El México Antiguo. Nueva Historia Mínima de México. México: El Colegio de México.
Longhena, M. (2008). México Antiguo. Mesoamérica Precolombina. Barcelona: Folio.

TEOTIHUACÁN
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio

jueves, 17 de noviembre de 2011

Cultura Maya - Cuevas de Loltún

Las cuevas de Loltún (del maya "flor de piedra") forman parte del extenso sistema cavernoso localizado en el sur del estado de Yucatán, México. Se encuentran 5 km al sur de Oxkutzcab y 110 km al sureste de Mérida.
Entre los más importantes hallazgos realizados en Loltún se encuentran evidencias de asentamientos humanos que datan del Pleistoceno, pinturas rupestres, (incluyendo manos humanas en negativo, rostros, animales y grecas escalonadas), piezas escultóricas y herramientas mayas e incluso osamentas de bisonte, mamut y tigre dientes de sable, que representan evidencia de los cambios climatológicos a los que la zona ha estado sometida.

Los artefactos líticos, que pertenecen al periodo precerámico, han sido fechados entre el 9000 y 3000 a.C, y constituyen la primera evidencia del hombre nómada en la península de Yucatán.
Con la domesticación de ciertas plantas se originó la agricultura, al mismo tiempo surgió la cerámica de Loltún, en los años finales del Preclásico Inferior (3000-1000 a.C) o inicios del Preclásico Medio (1000-400 a.C).

 En el Preclásico Superior (400 a.C - 300 d.C), Loltún se caracterizó por la presencia de dos nuevos elementos: la arquitectura y la escultura, que son evidentes en las construcciones de plataformas habitacionales halladas dentro de los abrigos rocosos o cerca de las entradas.
Para el periodo Clásico (300-1000 d.C), las cuevas de Loltún dejan de funcionar como lugar de habitación permanente, para convertirse en fuente de apropiación de agua. Durante el Clásico Tardío (600-1000 d.C), se hizo muy generalizada la actividad de recurrir a las cuevas por agua, así lo indica la presencia de "haltunes" o recipientes artificiales tallados en la roca para colectar el agua, que escurre naturalmente y la cerámica llamada Pizarra Puuc, que se localiza en todos los interiores de las grutas de Loltún. Las formas dominantes son dos: los cántaros y apaxtles; los primeros sirven para el acarreo del agua, y los segundos son vasijas abiertas destinadas a contenerla.

Después del Clásico Tardío, los materiales cerámicos son muy escasos, pero existe cerámica Pizarra tipo Chichén Itzá y cerámica tipo Mayapán; la primera fechada para el Posclásico Temprano (1000-1250 d.C), y la otra para el Posclásico Tardío (1250-1500 d.C). Otros materiales arqueológicos son las pinturas murales (parietales) y los petroglifos. Hasta el momento se han registrado en la gruta 145 pinturas y 62 petroglifos. Además, se encontraron barricadas construidas por rebeldes mayas que se refugiaron en varias grutas de la región durante el conflicto que pasó a la historia con el nombre de la “Guerra de Castas”.

En la entrada Nahkab (colmena), existe un bajorrelieve conocido como "El guerrero de Lol Tun", con rasgos olmecas, las grutas también resguardan una cabeza olmeca.



CUEVAS DE LOLTÚN
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio

lunes, 14 de noviembre de 2011

Cultura Olmeca

El término Olmeca se utiliza para designar a una cultura que tuvo su apogeo en el Preclásico (1200 - 400 a.C.). El gran asentamiento olmeca más antiguo fue San Lorenzo, tras su declive su lugar fue ocupado por La Venta, al que siguió Tres Zapotes. Las investigaciones recientes han demostrado que su desarrollo no se circunscribió a la llamada área nuclear y hasta han sugerido la posibilidad de que algunos aspectos característicos de lo olmeca hayan aparecido primero entre grupos de otras regiones, como Chiapas y Oaxaca.
Entre las contribuciones que han llevado a considerar a la Olmeca como la “cultura madre” de Mesoamérica se encuentran los primeros edificios ceremoniales, construidos de acuerdo con un plan; la estructura social, capaz de organizar grandes obras; el primero y bien definido estilo artístico, plasmando lo mismo en pequeños objetos que en colosales esculturas, el dominio de la talla de piedra de gran dureza; un ritual fundamental: el juego de pelota; así como el desarrollo de sistemas calendáricos y de escritura.
Entre los rasgos que habitualmente los arqueólogos identifican como olmeca se encuentran el uso de grandes “masa” de piedra o de mampostería (en algunos casos empleados como tronos y quizá en otros como altares); la preferencia por la jadeíta y otras piedras verdes para elaborar ofrendas; la representación muy frecuente del jaguar, asociado con la figura humana de diferentes maneras. Los rostros humanos de tipo olmeca se caracterizan por ojos rasgados e inclinados y labios muy prominentes que ocasionalmente se abren para mostrar unos colmillos fieros; en la parte superior central de la cabeza puede haber una incisión, de la cual emerge a veces una mazorca de maíz. También se encuentran símbolos como la “ceja flamígera”, las dos bandas cruzadas en X y la gota de lluvia con un punto y una raya.
Los arqueólogos han llamado olmecas a los habitantes de la llanura aluvial del Golfo en el Preclásico medio; es un nombre arbitrario que han dado a un grupo de pueblos de la familia lingüística mixe-zoque. Pero el repertorio de formas y símbolos que se emplearon en aquella región no es propiamente una manifestación étnica, algo propio “de los olmeca”, sino parte de un fenómeno suprarregional.


Referencias
Arqueología Mexicana. (2007). Cultura Olmeca. Vol. XV – Núm. 87
Escalante, P. (2011). El México Antiguo. Nueva Historia Mínima de México. México: El Colegio de México.
Solís, F. (s/f). Museo Nacional de Antropología. México: Monclem Ediciones.
Soustelle, J. (2003). Los Olmecas. México: Fondo de Cultura Económica.

Fotos: Museo Nacional de Antropología de México 

CULTURA OLMECA
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia Arguinzones
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio

domingo, 13 de noviembre de 2011

Cultura Cuicuilco

En el Preclásico tardío (500 a.C. a 200 d.C) y hacia el año 500 a.C., las manifestaciones olmecas se extinguen en Mesoamérica y son remplazadas por varias culturas regionales que surgen en estos años con un ímpetu notable: nuevos estilos arquitectónicos tendientes a la monumentalidad, cambios en la escultura, en la cerámica ritual y en el orden simbólico. En este contexto surge la cultura Cuicuilco que tuvo gran influencia en el sur del valle de México.
Cuicuilco contaba con un complejo de monumentos religiosos que ningún asentamiento de Mesoamérica tenía para entonces. Teotihuacán albergaba a mucha gente, reunida por el atractivo de la industria de la obsidiana, pero carecía aún de un sistema ceremonial comparable al de Cuicuilco.


Dos de los rasgos característicos de la cultura de Cuicuilco desaparecieron del valle,  al extinguirse la ciudad por la erupción del volcán Xitle en el  50 d.C: la plataforma ceremonial de base circular y las tumbas de botellón, caracterizadas por un tiro cilíndrico que daba acceso a la cámara. Curiosamente, ambos rasgos aparecen en el Occidente de México (Jalisco, Michoacán, Nayarit, Colima) hacia el 200 a.C, y serán característicos de esa región durante los siguientes mil años. No se ha demostrado ningún vínculo entre ambas culturas pero tampoco puede descartarse.



Referencia
Escalante, P. (2011). El México Antiguo. Nueva Historia Mínima de México. México: El Colegio de México.

CUICUILCO
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia
FOTOGRAFÍA. Félix Piñerúa Monasterio