Para Habermas (1988) los métodos empírico-analítico sólo toleran un tipo de conocimiento, el producto de la observación controlada, reproducible por sujetos intercambiables, esto es propio del conocimiento científico, pero no se puede reducir la racionalidad a la racionalidad científica. En antropología la teoría tiene, al igual que en otros ámbitos de los saberes sociales, la función de suministrar una trama categorial, un vocabulario, un lenguaje que permita comprender la función simbólica de la vida, así para conocer necesitamos o bien conceptos o bien imágenes; o signos o símbolos. Por lo que nunca se puede llegar a lo “real” sin la teoría porque todo lo “real” para poder ser calificado de “real” debe ser conocido de algún modo, y para conocer andamos necesitados de lenguaje, y todo lenguaje es previo a la experiencia, es a priori. Para una antropología simbólica, decir que toda praxis es teórica no significa más que admitir que el ser humano es un animal simbólico o que en todo conocimiento interviene formas a priori, formas simbólicas.
Así conocer no es copiar lo real sino construirlo. Algo es real desde el momento en que se encuentra en cierta relación con nosotros. En términos de Schütz, «lo que constituye la realidad es el sentido de nuestras experiencias, y no la estructura ontológica de los objetos». Por lo que la realidad es una cuestión epistemológica y no ontológica (Mélich, 1996).
SOBRE EL CONOCIMIENTO
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia
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