En el sureste de México, en el estado de Quintana Roo, unos 90 Km al este de Chichén Itzá y a unos 40 Km al noreste de Tulum, se encuentra Cobá. Su nombre “cob” es el nombre de un ave de
la región; “diente de tuza" también del maya “coh”, diente y “bah”, tuza o
“agua abundante” de “cob”, abundancia y “ha” agua.
Es a partir de 100 de nuestra era cuando el área de Cobá
experimenta un notable crecimiento demográfico, social y político que habrían
de llevarla a convertirse en una de las ciudades más grandes y poderosas del
norte de la península de Yucatán. En su apogeo tuvo una población de unos
50.000 habitantes y una extensión de ochenta kilómetros cuadrados. La mayor
parte de la ciudad fue construida a mediados del período clásico de la
civilización maya, entre los años 500 y 900 d.n.e., y poseía varios templos
entre los cuales sobrevive la pirámide del Nohoch Mul de 42 metros de
altura, la más alta de la zona. La mayor parte de las inscripciones datan del
siglo VII y numerosas evidencias indican que la construcción y reparación de
los edificios continuó hasta el siglo XIV.
Entre 200 y 600 d.n.e., la ciudad de Cobá parece haber
ejercido un amplio control territorial, que le habría llevado a dominar todo el
norte del actual estado de Quintana Roo y aún ciertas porciones del oriente de
Yucatán. Evidentemente, este poder tiene su sustento en el control de grandes
espacios agrícolas e hidráulicos, así como de las rutas de intercambio inter e
intraregional, que posiblemente habrían incluido el control de algunos puertos
de importancia, como el de Xel-Há. Aunque aún falta mucho por conocer acerca de
este periodo, es indudable que en este tiempo, Cobá habría mantenido estrechos
contactos con las grandes ciudades de Guatemala y el sur de Campeche y Quintana
Roo, como Tikal, Dzibanché o Calakmul, por citar algunos, y que para mantener
su poder habría establecido alianzas militares y matrimoniales al más alto
nivel. En este sentido, es particularmente interesante mencionar la existencia
de arquitectura de tipo teotihuacano (una plataforma del grupo pinturas
explorada a principios de 1999), que documentaría la existencia de vínculos con
el Centro de México y su poderosa metrópoli del clásico temprano.
Posterior a 600 d.n.e., el fortalecimiento de las
ciudades del Puuc yucateco, así como la posterior aparición de Chichen Itzá en
el panorama sociopolítico de la península, significaron cambios en la
estructura de poder de Cobá y sus relaciones con otras ciudades importantes,
que le habrían obligado a reconformar sus dominios territoriales. La
información disponible a la fecha, ha permitido plantear la hipótesis de que a
partir de 900 o 1000 d.n.e., Cobá habría entrado en una larga disputa con
Chichén itzá, de la que esta última habría resultado finalmente triunfadora al
vencer a importantes enclaves Cobaeños como Yaxuná.
Después de 1000 d.n.e., la ciudad perdió importancia
política, aunque parece haber conservado su importancia simbólica y ritual, que
le permitieron recuperar cierta jerarquía entre 1200 y 1500, cuando se
construyeron diversos edificios ya dentro del estilo costa oriental. Sin
embargo, las dinámicas económicas de esos tiempos parecen haber estado
fundamentalmente centradas en los sitios costeros, por lo que Cobá habría
subsistido como una ciudad de segundo orden, aunque en ese sentido más exitosa
que su efímero vencedor Chichén Itzá. Al momento de la consolidación del control
español de la península (ca. 1550 d.n.e.), Cobá se encontraba totalmente
deshabitado, y no es sino hasta la llegada de los célebres viajeros John Lloyd
Stephens y Frederick Catherwood hacia mediados del siglo XIX, que la ciudad
vuelve a ser mencionada en los libros de historia.
Si bien es cierto que la ciudad nunca quedó en el olvido,
la mayor parte de los estudios arqueológicos de la zona no se realizaron sino
hasta principios del siglo XX por la dificultad que imponía la selva para
llegar al lugar. En 1972 el Instituto Nacional de Antropología e Historia
comenzó a desarrollar la zona y construir accesos para investigadores y
visitantes. Actualmente sus ruinas son una de las principales atracciones
turísticas de la región.
Referencia
Arqueología Mexicana. (2012). Mundo Maya. Edición Especial.
México: Núm. 44.
COBÁ
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia Arguinzones
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio
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