La Regla de Ocha o Regla
Lucumí, procede de África, oriunda del país Yoruba (actual Nigeria), aunque el
nombre yoruba, en realidad, se refiere a una lengua y no a una tribu en
particular. El pueblo Yoruba se originó en el sur occidente de Nigeria. En una época
tuvieron una poderosa y compleja estructura social organizada en una serie de
reinos, de los cuales el más importante era Benin, que duro desde el siglo XII
hasta 1896 cuando fue dispersado por los colonos ingleses. Benin era una
autocracia teocrática. Los pueblos de África que forman los yoruba vienen de un
área que antiguamente había tenido más de veinticinco reino, casi como ciudades-estados.
Cada uno de estos reinos era una entidad separada, pero, aun así, también trabajaban
juntos. Su ciudad más importante, Ile-Ife, fue fundada hacia el año 850. A comienzos
del siglo XVII, el pueblo Ewe invadió la región de Dahomey, y los reinos
vecinos forzaron a las tribus Yoruba a emigrar a la costa nigeriana, donde
muchos de ellos fueron capturados por comerciantes de esclavos y llevados al
Nuevo Mundo.
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Changó |
La santería se conformó en
Cuba durante la época de la colonia, junto con el vodú haitiano y el candomble
brasilero, estas eran las tres religiones afroamericanas del continente,
traídas por los africanos que vinieron como esclavos para trabajar en las
plantaciones.
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Oya |
Esta es una religión de la
tierra, un sistema mágico-religioso que esta fuertemente enraizado en la
naturaleza y en las fuerzas naturales.
Cada orisha (deidad de la
santería) que tiene como particularidad su correspondiente santo o santa
católico (de ahí el nombre de santería) está identificado con una fuerza de la
naturaleza y con un interés humano o esfuerzo. Algunos ejemplos son, Changó es el orisha que controla el fuego, el trueno y el relámpago, pero
también simboliza el poder puro y el control sobre los enemigos y sobre las
dificultades en general. Debido a este tremendo dinamismo también es visto como
la personificación de la pasión y virilidad, y a menudo es invocado en trabajos
de seducción, es representado por Santa Barbara; Yemayá es la patrona de los mares, de la maternidad y suele ser
representada por la Virgen de la Regla; Ochún
dueña del amor, del matrimonio, del oro y de los ríos, se representa como la
virgen de la Caridad del Cobre y Oya,
la reina de los muertos, dueña del fuego y patrona de los cementerios suele ser
representada por Santa Teresa y la Virgen de la Candelaria.
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Yemayá |
La santería se centra en
resolver los problemas terrenales y buscar protección en el mundo de los vivos,
en este sentido los mecanismos rituales y litúrgicos de convocación de las
fuerzas sobrenaturales para que actúen con los fines requeridos son la
adivinación, donde utilizan tres formas de comunicación: el Obi, coco, usado para preguntas cortas,
donde los dioses sólo responden con un si o un no; el Diloggún, los caracoles, que son dieciséis, de los cuales sólo doce
pueden ser interpretados por los santeros. A partir del trece, solo los babalawos (grandes sacerdotes) pueden
interpretarlos y el tablero de Ifa,
cuyo uso está reservado exclusivamente a los babalawos; el culto a los dioses principales u orishas; y el culto a los antepasados. Asimismo, las formas de
relación con los orishas son la
adivinación, el estado de posesión, las oraciones y los saludos rituales o moyugbas.
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Ochún |
Si bien es cierto que la Regla
de Ocha se trata de una religión politeísta ya que para todos sus actos y rezos
se encomiendan a sus santos-orishas,
no por ello dejan de creer que existe un Dios Supremo. Este Dios para ellos es
infinito e inconcebible, pero ajeno a todo cuanto sucede en la Tierra, aunque
ésta sea su obra. Muchos investigadores sostienen que antes de que los
subsaharianos se contagiaran con las religiones islámicas y cristianas creían
en un solo Dios, y que después, al ser traídos como esclavos al Nuevo Mundo e
imponerles nuevas creencias, sincretizaron al único Dios como Olodumare, considerando que creó el
mundo.
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Olodumare |
La meta central del santero es
adorar a los santos, observar sus fiestas, obedecer sus ordenes y llevar a cabo
sus ritos. A cambio de una sumisión total, se le promete poderes sobrenaturales
y protección. Eso incluye el bienestar, la salud, influencia, puestos la
posibilidad de prever el futuro y modificarlo, entre otros.
Fotos tomadas de la Web
Referencias
Ascencio, M. (2012). De que Vuelan, Vuelan. Caracas: ALFA.
Güerere, T. (1993). Hablan los Santeros. Caracas: Alfadil Ediciones.
Zabaleta, I. (2006). Sincretismo Religioso.
Madrid: EDIMAT Libros.
LA REGLA
DE OCHA O SANTERÍA
AUTOR:
Félix
Piñerúa Monasterio
DISEÑO
Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia
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