Son
las pequeñas historias las que se hacen desde la vivencia, el sentimiento y la
emoción. Es el estudio histórico de
objetos de poca amplitud espacial, pero de mucha relevancia afectiva. Minisociedades
definidas a partir de la patria chica, el terruño, el espacio abarcable de una
sola mirada, del mutuo conocimiento y parentescos ampliados entre los
interactuantes, fijación afectiva al paisaje propio.
Tomás
Alfaro Calatrava fue un poeta venezolano, nacido en el Chaparro en 1922 y
fallecido en Barcelona, estado Anzoátegui, Venezuela, en 1963. Está considerado
como uno de los grandes renovadores de la poesía venezolana de mediados del
siglo XX. Pero no es de el que va esta pequeña historia, sino del Liceo de
Puerto la Cruz, Municipio Sotillo, que lleva su nombre, específicamente de la
generación de 1974-1976.
Corrían
los años del gobierno de Carlos Andrés Pérez y recién concluido el de Rafael
Caldera, habían transcurridos los primeros 18 años de la democracia, y en las
aulas del Tomas Alfaro Calatrava sus estudiantes provenían en su mayoría de
familias humildes, y tal vez ellos representaban en sus respectivas familias
los que habían obtenido el mayor grado académico para el momento. Todos ellos,
una vez obtenido el titulo de bachiller, soñaban con ir a la Universidad, y a
los años correspondientes la mayoría lo logro y se hizo profesional, eran
entonces médicos, ingenieros, abogados, profesores, administradores, en fin, egresados
de las diversas profesiones que ofrecía la Universidad pública venezolana, para
el momento no existía el boom de las Universidades privadas que luego se desarrolló.
Es importante mencionar que para el momento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez
solo estaban activas la Universidad Central de Venezuela, la Universidad de los
Andes y la Universidad del Zulia, a esto hay que añadir que solo en muy pocas
ciudades del país existía la posibilidad de estudiar bachillerato.
Es
con la democracia, el 21 de marzo de 1958, que se crea la Universidad de
Carabobo, antigua Universidad de Valencia, por decreto N° 100 de la Junta de
Gobierno presidida por Wolfgang Larrazábal, y en el oriente del país donde no
se tenía memoria de una casa de estudios universitarios. Es en 1961 en una
vieja casona del sector Caigüire, Cumaná, estado Sucre, cuando efectivamente
comienza a funcionar la Universidad de Oriente, con 113 estudiantes y una
docena de profesores.
En
este contexto del oriente del país, donde apenas se tenían 15 años de
experiencia en estudios universitarios, donde los bachilleres del
Tomas Alfaro Calatrava, generación de 1976, irrumpen haciéndose de estudios
profesionales, ocupando espacios importantes en el desarrollo del país,
ofreciéndole a sus hijos la oportunidad de una mejor educación, una mayor
experiencia cultural, una generación de relevo con mayores competencias que
brindarían al terruño y al país un mejor futuro. Esto fue así hasta que una
promesa vana, engañosa, empezó a soterrar los cimientos que se habían formado y
empezó la destrucción, el derrumbe. Los viejos amigos del Tomas Alfaro
Calatrava se vieron obligados a dejar de aportar el conocimiento que con tanto
esfuerzo y alegría habían ofrecido tanto al espacio chico como al nacional.
Primer fueron los hijos los que tristes dejaron a los padres, porque les habían
robado las oportunidades de futuro, luego los padres con sus años de
experiencia que se desvanecían. ¿Quién transita ahora por los pasillos del
Tomas Alfaro Calatrava, donde van sus sueños?
Referencia
LICEO TOMAS ALFARO CALATRAVA
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO
Y MONTAJE ELECTRONICO: Trinemily Gavidea
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