La unificación del Alto y el Bajo Egipto en un Estado
territorial, que ocupaba el espacio comprendido entre la primera Catarata, en el sur,
hasta los márgenes del delta, en el norte, quedó completada hacia el año
3100 a. C. por Narmer o Menes, considerado como el primer rey de la dinastía I,
aunque para algunos autores la figura de Menes se corresponde con Hor-aha quien
sería el segundo faraón de la I dinastía.
Narmer, quien reinó durante 62 años, provenía de la ciudad de
Tinis y fue reconocido como el unificador de todo el territorio egipcio. Un
paso clave en este proceso de extensión territorial pudo haber sido su
matrimonio con Neithotep, una mujer poderosa, la primera reina de Egipto,
procedente de la región de Nagada, uno de los centros más importantes del Alto
Egipto. Esta alianza estratégica habría sido la base para construir un consenso
político más amplio. También se le debe a Narmer la fundación de la primera
capital del Egipto unificado: Menfis, la elección del emplazamiento
no fue casual; Menfis se alzaba en el vértice del delta, en la «Mitad de las
Dos Tierras», equilibrando el Alto y el Bajo Egipto, y esto confería a la
ciudad un fuerte valor simbólico, además de una óptima posición estratégica. Las dos primeras dinastías
egipcias reciben el nombre de «tinitas» porque sus reyes procedían precisamente
de la región de Tinis-Abidos, en el Alto Egipto. Los reyes tinitas concibieron
el Estado como un territorio formado por dos mitades complementarias: el Alto y
el Bajo Egipto. En el norte se hallaba el Bajo Egipto, que iba desde Menfis
hasta la fértil región del delta, con vastas zonas ocupadas permanentemente por
lagunas y pantanos, conocida como la «tierra del papiro» por la gran abundancia
de esta planta. La economía de la zona se basó más en la ganadería que en la
agricultura; aunque en el delta occidental se han documentado extensos cultivos
de vid.
En el sur, el valle del Nilo o el Alto Egipto se extendía
desde Menfis hasta la Primera Catarata, en Asuán. Se caracterizaba por ser una
franja cultivable muy estrecha ya que el desierto llegaba a pocos kilómetros de
la orilla del Nilo. La economía del Alto Egipto estaba basada en el cultivo del
trigo y la cebada, aunque también de legumbres, frutas, dátiles y lino. El concepto
de las «Dos Tierras» (para referirse a la unión del Alto y el Bajo Egipto)
responde a la idea egipcia de que un todo se compone de dos partes contrarias y
complementarias a la vez, con sus propios dioses protectores y símbolos
heráldicos.
Fotos
Caixaforum. Exposición
Faraón, conformada con piezas del Museo Británico.
Referencias
Cordón, I. (2016). El
Antiguo Egipto. Barcelona: Salvat.
Grimal, N. (1996). Historia
del Antiguo Egipto. Madrid: Akal.
NARMER
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO
Y MONTAJE ELECTRONICO: Trinemily Gavidea
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio
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