El pensamiento
filosófico empieza con una actitud nueva hacia el mundo, ya no es lo
sobrenatural lo que nos permite explicar los diferentes fenómenos que nos
rodean, es la naturaleza misma la fuente de explicación, así los filósofos de
la naturaleza o presocráticos, los primeros pensadores centrados en lo
material, los jonios, son primordialmente teóricos del mundo natural: lo que
escriben, casi todo perdido, entra en la designación genérica de perí physeós (sobre la naturaleza). Esos
filósofos habitaban la Magna Grecia asiática, en Jonia, quizá porque allí aquel
mundo cultural en el que surgió la épica homérica había escapado mejor que en
la Grecia metropolitana a la sacudida de las invasiones dorias; quizá por estar más cerca de los influjos de los
saberes orientales, pero seguramente aún más porque su papel de colonizadores
les había dado una capacidad técnica y practica en la que la mano abrió camino
a la teoría.
En Mileto, actual Turquía,
ciudad comercial marítima, surge Tales (630
- 545 a.C), el primer filosofo conocido, quien cree encontrar el principio
básico (arjé) de todas las
variaciones naturales en un elemento conocido y siempre presente: el agua. Le
parece que el agua al enfriarse se hace más densa y se vuelve tierra; calentada
y animada, en cambio, se eleva como vapor y aire, hasta llover al enfriarse
otra vez. El agua es vida, en la simiente; es movimiento (El orbe terráqueo es
sólo una isla superficial y redonda entre un inmenso océano). Pero el mismo
Tales ya no es capaz de asentar esa unidad en el agua sin dar paso a una
dualidad: tiene que haber otro principio menos material que la mueva y la haga
cambiar –calo, vida-; o, según él, dioses, presentes en todo, y a veces
especialmente visible, como ocurría en ciertas piedras de la cercana Magnes,
que movían el hierro, magnetismo.
Se
cree que Tales habría tenido ascendencia fenicia. Puesto que los jonios
comerciaban frecuentemente con Egipto y Babilonia, Tales tras visitar Egipto
podría haber recibido enseñanza de los sacerdotes egipcios, quienes registraban
con mucho celo todo evento astronómico o meteorológico y que poseían, por
consiguiente, conocimientos matemáticos. Es conocida la leyenda acerca de un
método de comparación de sombras que Tales habría utilizado para medir la
altura de las pirámides egipcias, percatándose de que la altura exacta de las
pirámides se puede obtener midiendo la sombra de estas en el momento del día en
que su sombra era más o menos de igual tamaño que su cuerpo. Este método fue
aplicado luego a otros fines prácticos de la navegación.
Para
la cabal comprensión de la doctrina de Tales y de la posterior filosofía jónica
en general, es necesario entender cuál era la forma de interrogar específica de
este pensamiento. Aristóteles designa a los filósofos milesios con el nombre de
physikoí, pues su preocupación
principal consistía en la physis. El
equivalente castellano de physis es
“naturaleza”, si bien es un equivalente aproximado, los griegos entendían por physis lo que nosotros llamaríamos
“realidad”. No obstante, nuestro término remite a un conjunto estático de
cosas; en cambio, la etimología de physis
indica que procede de un verbo que significa “brotar”, “crecer”, o sea, algo
que se genera, que está en cambio, en movimiento. «Así
como las hojas del árbol, los hombres nacen y perecen»,
dice el famoso verso de Homero. Frente a este incesante fluir de las cosas,
surge la filosofía para dar razón del cambio.
Lo
que buscan Tales y sus sucesores, Anaximandro y Anaxímedes, es lo que
llamaríamos un principio, un arjé,
que significa en griego, por un lado, “origen” y, por otro, “mando”. Buscan,
pues, el principio que funda y gobiernas las cosas, y como hemos visto para
Tales este principio era el agua.
Pitágoras,
Alcmeón de Crotona, Heráclito, Parménides, Empédocles, Anaxágoras, Leucipo y
Demócrito, con puntos de vistas diferentes, forman parte de estos primeros
filósofos presocráticos o de la Naturaleza.
Referencia
Acero,
J.; Alegre, A.; Granada, M. y Valverde J. (1983). Historia del Pensamiento I. Barcelona: Orbis.
Piñerúa,
F. (2011). Del Pensamiento
Mágico-Religioso al Pensamiento Filosófico. Caracas: UPEL-IPM
FILÓSOFOS DE LA NATURALEZA
AUTOR:
Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily
Gavidia
FOTOGRAFÍA: Félix
Piñerúa Monasterio
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