Se construye bajo el patrocinio de Agripa,
yerno de Augusto, entre el año 16 y 15 a.C., cuando la colonia Augusta Emerita,
actual Mérida, España fue promovida como capital provincial de la Lusitania.
Aunque el pueblo romano no era muy aficionado al teatro, estos preferían acudir al circo a ver carreras de carros y al anfiteatro a ver combates de gladiadores y animales, una ciudad de prestigio no podía dejar de contar con un edificio para las artes escénicas. Esta edificación respondía más a intereses políticos, desde el la autoridad realizaba una eficiente propaganda de ellas mismas y del modo de vida romano, tanto a través de la majestuosidad del edificio y su decoración como de los mensajes que desde su escenario se podían trasmitir.
Contaba con cabida para unos seis mil espectadores. Estos se distribuían de abajo a arriba según su rango social en tres sectores de gradas, cavea ima, donde se acomodan los caballeros de la ciudad, media y caveas summa, separados por pasillos y barreras. A través de pasillos se llegaba a las puertas de acceso o vomitorios.
El uso del teatro durante varios siglos hizo necesarias algunas reformas. Así, en algún momento del siglo I d.C., se levanto el actual frente de escena, que se volvió a reformar entre los años 333 y 337 junto con la vía que rodea el edificio. Debido a la implantación oficial del cristianismo en el siglo IV, religión que consideraba inmorales las representaciones teatrales, el edificio fue abandonado. Con el paso del tiempo algunas de sus partes se derrumbaron y otras se cegaron con tierra. Durante siglos únicamente fue visible la parte superior de sus graderíos o suma cavea, sólo quedaban en pie los siete cuerpos de sus gradas, lo que dio lugar a que los emeritenses bautizaron a esas ruinas como las Siete Sillas y donde según la leyenda se sentaban siete reyes moros para deliberar sobre el destino de la ciudad.
Las excavaciones arqueológicas en el teatro comenzaron en 1910 y su reconstrucción parcial en 1962. Desde 1933 alberga la celebración del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y es Patrimonio de la Humanidad desde 1993 como parte del conjunto arqueológico de Mérida.
TEATRO ROMANO DE MÉRIDA
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO
Y MONTAJE ELECTRONICO: Trinemily Gavidea
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio
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