En Venezuela los
pueblos de fugitivos africanos se conocieron como cumbes o rochelas, lo que en
Brasil se conoció como quilombos o mocambos y en Colombia palenques. Los
esclavos negros prófugos formaban comunidades estables, basándose en elementos
culturales traídos de África, unidos a elementos culturales españoles, producto
de la convivencia en su esclavitud, como de elementos culturales indígenas, que
se les unían al desertar de las misiones. Los cumbes fueron también lugares de
refugio para soldados desertores blancos y pardos de las Antillas. Algunos
cumbes solían estar en contacto con extranjeros y tomaban parte en las
actividades de contrabando. A menudo mantenían lazos con los negros libres en
los pueblos de criollos para abastecerse con productos que no podían fabricar.
Cuando los cimarrones, que eran como los criollos llamaban a los prófugos de
origen africano, les faltaban utensilios y mujeres, asaltaban las haciendas y
liberaban esclavos.
En el siglo XVII,
negros libres e indígenas siguieron el ganado cimarrón (animal doméstico que
escapa de sus amos y se asilvestra, de allí el uso del mismo termino para el
africano que se escapaba) hacia los llanos, formando los primeros pueblos de
llaneros.
Los cumbes formaban
núcleos de resistencia, porque las autoridades no podían vencer a sus
habitantes al margen de la sociedad colonial y estaban en zonas inaccesibles. Durante
la segunda mitad del siglo XVIII las autoridades trataron de incorporar a los
cumbes. Para ello mandaron sacerdotes para cristianizarlos. Sin embargo, su
carácter multiétnico y multicultural lo evito.
La primera rebelión
cimarrona en Venezuela tuvo lugar en las minas de Buría, cerca de Barquisimeto
en el siglo XVI, bajo el mando del “Rey Miguel”, un esclavo negro traído a Venezuela desde San Juan de Puerto Rico y fundador de una cumbe cerca del
rio San Pedro. Miguel estableció un reino independiente, donde se autonombro
rey, a su compañera Guiomar, reina, príncipe a su hijo y a uno de sus
seguidores como obispo de una iglesia disidente. En este cumbe convivían negros
e indios Jirajara. Otra insurrección tuvo lugar en la isla de Margarita bajo la
conducción de una mujer calificada de bruja africana. Hasta entonces las sublevaciones
tuvieron lugar para conseguir el mejoramiento de las condiciones de vida de los
esclavos. En cambio, durante el siglo XVIII las sublevaciones tenían
implicaciones políticas y económicas. La insurrección del zambo cimarrón Juan
Andrés López del Rosario o Andresote en el valle de Yaracuy fue contra el monopolio
de la Compañía Guipuzcoana. Andresote estaba aliado con los holandeses de
Curazao y los cimarrones de la región, quienes estaban implicados en el
contrabando.
En la segunda mitad del
siglo XVIII, en concordancias con las ideas de la Revolución Francesa los
líderes José Leonardo Chirinos, un zambo hijo de madre indígena y un negro
esclavo, y José Caridad Gonzales, un negro congolés muy informado de las
mencionadas ideas, guiaron las rebeliones de Coro, pidiendo la eliminación de
tributos e impuestos y la abolición de la esclavitud, así como la abrogación de
los privilegios de la nobleza. La sublevación estalló en el valle de Curimagua,
donde vivían también muchos campesinos pobres, pero los blancos de Coro se
unieron contra los rebeldes y les vencieron.
Durante la guerra de
Independencia, muchos esclavos abandonaron las plantaciones y fundaron nuevos
cumbes en el interior del país. Tanto los realistas como los patriotas trataron
de controlar a los esclavos para evitar sublevaciones. Después de la independencia
no se había abolido la esclavitud, hasta 1854 cuando José Gregorio Monagas
decreto la libertad de los esclavos.
Ilustraciones tomadas de la WEB
Referencia
Pollak-Elta, A. (1991).
La Negritud en Venezuela. Caracas:
Cuadernos Lagoven.
CUMBES
Y ROCHELAS
AUTOR:
Félix
Piñerúa Monasterio
DISEÑO
Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia
nos sirvio para la tarea del cuadro comparativo
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