domingo, 26 de abril de 2015

Mitología Warao - Los Nabarao

Son unos seres mitológicos que desarrolla su vida en el fondo de las aguas. Son personajes de características humanas, más o menos, como los Warao; pero con aptitudes para hacer su vida en el fondo de las aguas, en donde tienen sus viviendas y poblaciones, y también sus labranzas agrícolas, etc.
Salen para perseguir a las indias menstruantes, durante los días de su aislamiento por motivo de la crisis menstrual.
Los Nabarao son espíritus poderosos al que obedecen los caimanes, las serpientes de agua, los chigüires, los morrocoyes y los tiburones que llegan de las anchas bocas del delta del Orinoco y que sirven a estos espíritus como perros de presa, con los que él persigue y atrapa a los Warao que tienen la desgracia de enfurecerlos.
De muchas formas intervienen los Nabarao en la vida de los indígenas Warao.
Unas veces toman la forma de una tonina o de otro animal cualquiera, otras veces sale del agua bajo la apariencia de un Warao y, caminando por la selva, se acerca a las rancherías para poseer a las indígenas.
Así, convertido en un fuerte hombre y hablando de la casa que tiene en la selva de debajo del agua, donde todas las cosas son buenas, los Nabarao han engañado a muchas mujeres indígenas, a las que vienen a visitar en las noches. Para hacerles concebir y tener hijos gemelos o cubiertos de escamosa y dura piel. Hijos que luego despiertan las sospechas de los Warao y son sacrificados por temor a los jebus de las aguas.
Por eso las Warao tienen mucho miedo a los Nabarao y procuran evitar las ocasiones de encontrarse con ellos, no acercándose a los caños, sobre todo en aquellos días en los que la luna les su menstruación, que es cuando más las desean los Nabarao.

Referencias
Barral, B de. (1979). Diccionario Warao-Castellano. Castellano-Warao. Caracas: El Poliglota. 
De Cora, M. (2005). Kuai-Mare. Mitos Aborígenes de Venezuela. Caracas: Monte Ávila Editores.

LOS NABARAO
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia Arguinzones
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio

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