En la cultura Maya el hombre
no era considerado como un ser que se basta a sí mismo, con la dualidad
cuerpo-alma, tal como se concibe en la cultura occidental, sino como un elemento
que forma parte del entorno, al cual se encontraba unido de muchas maneras. Así,
para los mayas, las almas eran todas las energías, fuerzas y conceptos que
actuaban como lazos de unión e intermediación entre el hombre y su mundo. El alma
no era lago etéreo, intangible e invisible: para los mayas, el alma podía adoptar
formas reales, y podía materializarse con los ritos, las danzas y los
sacrificios de sangre.
El alma trasmite al hombre
las leyes de la naturaleza y era conocida como sak nik nahal, que quiere decir “la blanca conciencia de la
florescencia”. El sak nik nahal se le
implantaba al hombre en el nacimiento y se extinguía con la muerte.
Para los mayas, el corazón era
el lugar del alma, y la sangre contenía una esencia etérea que puede asimilarse
al alma interior. La sangre no era lo que establecía el vínculo de los hombres
con lo sobre natural: este vínculo estaba dado por el aliento, el hálito de la
sangre, la autentica sustancia del alma que resucitaba después de la muerte de
las personas.
Los mayas tenían dos formas
de alma: el sak nik nahal y el huay, un espíritu que protegía y
acompañaba al hombre. El huay, que se
presentaba casi siempre en forma de un animal, era como el otro yo; los
destinos del hombre y su huay estaban
tan ligados, que todo aquello que ocurría en la vida del hombre o de su huay, tenia repercusiones inmediatas en el otro.
La fecha de nacimiento de un
hombre determinaba el huay que le
acompañaría a lo largo de su vida, cuyas características coincidían con sus
propias cualidades personales.
La creencia en el huay implica la creencia en la “transformación”.
Muchos chamanes eran conocidos por su capacidad de transformarse en animales
por medio de los ritos y el consumo de alucinógenos. Los reyes tenían el poder
de transformación: en las ceremonias rituales se convertían en animales o seres
sobrenaturales y se adornaban con las mascaras de aquellos animales o dioses
que encarnaban.
Referencia
Los
Dioses Mayas. (2011). Mérida: Dante.
Fotos: Museo Nacional de Antropología (México)
EL ALMA MAYA
AUTOR: Félix Piñerua Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia Arguinzones
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio
EL ALMA MAYA
AUTOR: Félix Piñerua Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia Arguinzones
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio
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