En Grecia, la Edad del
Bronce recibe, por lo general, la denominación de Civilización Egea. Responde
al hecho de que el inicio de la Edad de Bronce se produce paralelamente y con
una cierta interrelación en cuatro áreas asomadas al Egeo, a saber, Creta, las
islas Cícladas, una parte importante de la Grecia continental y la zona
minorasiática integrada por la Tróade y algunas tierras insulares o
continentales próximas.
La civilización del Bronce desarrollada en la
isla de Creta se denomina cretense, aunque a efectos de periodización ha
prevalecido el término Minoico aplicado por Evans en evocación del mítico rey
de la isla.
Es Creta la única de las
cuatro áreas egeas donde se presenta una continuidad pacifica a lo largo de
todo el Bronce Antiguo, que marca igualmente el paso al Minoico Medio,
caracterizado por la aparición de los primeros palacios. Hay continuidad en los
cultos de los santuarios de montaña y se sigue fabricando la cerámica de
Camarés, que aparece a finales del Minoico Antiguo y llega a su apogeo en el
Minoico Medio. Los cambios son o parecen ser, el resultado de un desarrollo del
modelo económico de la Edad del Bronce en un contexto de paz y de continuidad.
Los únicos incidentes traumáticos deben de haber sido los movimientos sísmicos
que azotan la isla con intervalos de unos cien años hasta culminar hacia el
1700 a.C. en una catástrofe generalizada: la reconstrucción de palacios y
poblados en forma más ricas y sofisticadas marca entonces el periodo
Neopalacial.
En los talleres palaciales adicional a la cerámica se fabricaban también vasos de piedra, y se trabaja el marfil, la pasta de vidrio y las piedras finas, como el lapislázuli y el cristal de roca. Con piedras duras preciosas o semipreciosas se hacen sellos, no sólo con fines identificativos sino también en calidad de joyas. La larga tradición de la glíptica que contaba ya por entonces Creta permite ahora reproducir con precisión los signos jeroglíficos o las pequeñas escenas de la vida real, de gran valor artístico. La orfebrería en oro, plata y electro, aplicaba a la elaboración de joyas o a la decoración de armas y otros objetos, está suficientemente documentada en este periodo en lo que a técnicas y calidad se refiere, aunque los hallazgos en ese género son siempre muy escasos, debido al pillaje sufrido por las tumbas y los palacios.
Ninguno de los palacios
minoicos tiene fortificaciones, lo que podría indicar al menos un alto nivel de
tolerancia mutua; y las dispersas casas de campo y pueblos indefensos del
último periodo palaciego hablan de paz interna y confianza externa. Aunque se
ha conjeturado que la consabida actividad sísmica de la isla desaconsejaba
tales esfuerzos, y que eran las naves las que ejercían el papel defensivo
frente a los ataques exteriores. Esos primeros palacios
incorporan ingeniosas técnicas de construcción, como el entramado de madera,
que, al igual que en Troya VI, proporciona un coeficiente de elasticidad a los
muros y se aplica también a las casas de los pobladores.
Referencias
Lopéz, R., Plácido, D. y
Presedo, F. (2003). Historia Universal.
Grecia y Oriente Próximo. Barcelona: Vicens Vives.
Platonos, S. (s/f). Knoso. La Civilización Minoica. Atenas:
I. Mathioulakis & Co.
Souli, S. (1993). Grecia. Historia – Artes Tradicionales –
Recorridos. Atenas: Michalis Youbis S.A.
Fotos: Museo Arqueológico de Atenas.
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia Arguinzones
FOTOGRAFÍA: Félix Piñerúa Monasterio
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