lunes, 16 de mayo de 2011

Antropología Física - El Encéfalo Humano

Se cree que hay al menos tres factores relacionados con el desarrollo de un encéfalo más grande (del griego "en", dentro y "cefalé", cabeza, "dentro de la cabeza"; es la parte superior y más masiva del sistema nervioso. El encéfalo esta distribuido en tres partes: cerebro, cerebelo y tronco encefálico). El primero es el estilo de vida de los primates, que favoreció un sistema nervioso más complejo. El segundo es el desarrollo de un nuevo modo de enfriar un encéfalo más grande. Y el tercero es la neotenia, un proceso por el que se retrasa la maduración y un adulto conserva características infantiles (Kolb y Whishaw; 2002).
Con respecto al primer factor, el estilo de vida de los primates, sabemos que los animales que se alimentan de vegetación no tienen encéfalos especialmente grandes. Entre los simios, los gorilas, que principalmente comen vegetación, tienen encéfalos relativamente pequeños. Por el contrario, los monos que comen frutas, como los chimpancés, tiene encéfalos relativamente grandes. La búsqueda de frutas es una actividad difícil, compleja. A diferencia de la copiosa vegetación que puede alcanzarse fácilmente en el suelo, la fruta crece en árboles, y solo en ciertos árboles, en ciertas estaciones. Hay muchas clases de frutas, unas mejores que otras para comer, y muchos animales diferentes e insectos compiten por una pieza de fruta. Se necesitan buenas habilidades sensoriales, como visión de color, para conocer la fruta madura en un árbol, y buena habilidad motora para cogerla y manipularla. Se necesitan buenas habilidades espaciales para llegar a los árboles que tienen fruta. Se necesita buenas habilidades mnésicas para recordar donde están los árboles frutales, cuándo estará madura la fruta, y que árboles se ha comido ya (Ob. cit).
En consecuencia, los animales que logran comer fruta suelen tener relaciones sociales complejas y un medio de comunicarse con otros miembros de su especie. Además, es muy provechoso para un consumidor de fruta tener un padre que pueda enseñarle las habilidades para encontrar frutas, de modo que es conveniente ser tanto un buen alumno como un buen maestro. Cada una de estas habilidades requiere la evolución de nuevas áreas cerebrales o de más células cerebrales en las regiones del encéfalo existente. Sumadas entre sí, más células cerebrales producen un encéfalo más grande. Lo que se conoce como principio de masa apropiada. Este principio responde a que cuando las conductas se hacen más complejas y requieren más procesamiento neural, se les asigna una mayor cantidad se tejido neural. De esto se desprende que las especies que manifiestan conductas más complejas poseerán encéfalos relativamente más grandes que los de las especies cuya conducta es más elemental (Ob. cit).
El segundo factor, conocido como hipótesis del radiador, supone la teoría de que un cambio en el flujo sanguíneo en torno al encéfalo aumenta la tasa de refrigeración del encéfalo, permitiendo así que éste se haga más grande.
¿Por qué es tan importante el enfriamiento del encéfalo? La respuesta es la enorme cantidad de trabajo que realiza el encéfalo humano. Aunque su encéfalo representa menos del 2% de su organismo, consume el 25% del oxigeno de éste y el 70% de su glucosa. Como resultado de esta actividad metabólica, su encéfalo genera una gran cantidad de calor y corre peligro de recalentarse en caso de ejercicio o de sobrecarga de calor (Kolb y Whishaw; 2002).
A diferencia de los cráneos australopithecinos, los cráneos Homo tienen orificios a través de los que pasan los vasos sanguíneos. Estos orificios sugieren que el género Homo posee un flujo sanguíneo que se difunde mucho más ampliamente desde el encéfalo que en el caso de los homininos más primitivos, y este flujo sanguíneo más disperso pudo haber reforzado en gran medida el enfriamiento cerebral. El aumento de la refrigeración cerebral, a su vez, pudo haber permitido que el encéfalo se hiciera más grande, lo que al parecer hizo en respuesta a presiones evolutivas planteadas por los nuevos entornos que utilizaron.
El tercer factor o neotenia, según la cual el ritmo de maduración de una especie se hace más lento, de modo que las fases juveniles de los predecesores se convierten en las características adultas de los descendientes. Ya que la cabeza de un niño es grande en relación con el tamaño del cuerpo, este proceso pudo haber llevado a adultos con cráneos mayores y encéfalos mayores.
Otro aspecto de la neotenia relacionado con el desarrollo del encéfalo humano es que un retraso de la maduración humana podría haber concedido más tiempo para que se produjeran células nerviosas. La mayoría de las células cerebrales en humanos se desarrollan justo antes y después del nacimiento, de modo que un periodo prenatal y postnatal dilatado pudieron haber prolongado la fase de la vida en la que se están desarrollando las células del encéfalo. Esto, a su vez, pudo haber permitido la formación de cantidades creciente de células cerebrales.
Sin embargo no basta con un incremento del volumen (entre los 1.200 a 1.400 cm3, siendo el promedio global actual de 1.350 cm3), sino cómo está dispuesta la "estructura" del sistema nervioso central y del cerebro en particular. Por término medio, los Homo neanderthalensis pudieron haber tenido un cerebro de mayor tamaño que el de nuestra especie, pero la morfología de su cráneo demuestra que la estructura cerebral era muy diferente: con escasa frente, los neanderthalenses tenían poco desarrollados los lóbulos frontales y, en especial, muy poco desarrollada la corteza prefrontal. El cráneo de Homo sapiens no sólo tiene una frente prominente sino que es también más alto en la región occipital (cráneo muy abovedado), esto permite el desarrollo de los lóbulos frontales. De todos los mamíferos, Homo sapiens es el único que tiene la faz ubicada bajo los lóbulos frontales.
En este proceso de desarrollo y perfección de las funciones cerebrales, es de fundamental importancia para la concreción y materialización del pensamiento la aparición del lenguaje articulado y para ello el gen FoxP2; dicho gen es el encargado del desarrollo de las áreas del lenguaje y de las áreas de síntesis (las áreas de síntesis se encuentran en la corteza cerebral de los lóbulos frontales). El aumento del cerebro y su especialización permitió la aparición de la llamada lateralización, o sea, una diferencia muy importante entre el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho del cerebro. El hemisferio izquierdo tiene desarrollado en su corteza áreas específicas que posibilitan el lenguaje simbólico basado en significantes acústicos: el área de Wernicke y el área de Broca.

Referencia
Piñerúa, F. (S/F). Evolución y Pensamiento.Caracas: Por Editar.

EL ENCÉFALO HUMANO
AUTOR: Félix Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily Gavidia Arguinzones

4 comentarios:

  1. muy bueno tienen lo que a mi me tomaran de examen.

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  2. craro eso esta bn porque asi podemes practicar

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  3. Me alegro les haya sido útil. Saludos y les invito a seguir participando. Si les interesa los temas relacionados a las neurociencias les recomiendo visitar wanadi22.blogspot.com

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